SIMBOLOGÍA  DEL  TORO



- Primera descripción(*)


"Símbolo de fuerza, del valor viril de la lucha, de la bravura; por su actividad está relacionado con el sol; por su fecundidad, con la luna (también los cuernos del toro y de la vaca, que recuerdan a la media luna, eran símbolo lunar).
El toro era ya un animal propiciatorio de especial valor para muchos pueblos de la Antigüe- dad. Pinturas rupestres del Neolítico en el norte de África muestran imágenes de toro que llevan el sol entre los cuernos. En Egipto se adoraba a la diosa de la fecundidad, Apis, en figura de toro (ó de buey); frecuentemente, con el disco solar entre los cuernos; por con- siderársele idéntico a Osiris, era, al mismo tiempo, dios de los muertos. La muerte y el entierro del toro que se había consagrado a Apis se celebraba solemnemente y tenía como colofón la resurrección del mismo, es decir, la elección de un nuevo novillo como toro sagrado. En la cultura minoica, el toro, como símbolo de poder y de fecundidad, jugó un papel de especial importancia. La mitología iraní conoce la encarnación de la fecundidad cósmica en la figura de un prototoro que fue muerto por Mitra, y de cuyo cuerpo crecieron después todas las plantas y animales. El sacrificio del toro y el bautismo en sangre de toro en el culto de Mitra, del que estaban excluidas las mujeres, demuestra la constante utilización del toro en relación con las fuerzas de la fecundidad, de la muerte y de la resurrección. En la India, el dios Shiva estaba relacionado con un toro blanco, símbolo de las fuerzas dominadas de la fecundidad. Para diversos pueblos, el toro está igualmente relacionado, por su fecundidad, con la tormenta, con la lluvia y con el agua.
Desde el punto de vista psicoanalítico, el toro representa las fuerzas animales y de la sexualidad en el ser humano; en este sentido, las fiestas taurinas que se celebran en la actualidad representan, probablemente, el intento renovado de anticipar simbólicamente, entre otros aspectos de la fiesta, el triunfo interior entre dichas fuerzas. El toro (Tauro) es el segundo signo del Zodiaco y su elemento es la tierra".

- Segunda descripción(**)


"En lo divino per se en todas las culturas mediterráneas y del Oriente Medio. Es un símbolo cósmico, consagrado al sol y a la luna, al mar y a la tierra. Símbolo de vida, de fertilidad, de fuerza. Símbolo de virilidad, de vitalidad.
El toro está en el subconsciente colectivo como arquetipo de lo divino, de lo inmortal, de la vida. Enfrentarse a un toro es participar de lo eterno a través de la lucha en una inima conjunción de fuerzas.
Era el signo del Zodiaco que dominaba nuestro planeta, hace cinco mil años. Se convirtió en objeto de veneración. Es muy importante también en otras culturas y tiene un lugar destacado en muchas religiones:
Asiria. Es uno de los dioses creadores de la humanidad. En el poema de Gilgamés, éste abreva a un toro con un cántaro. Es la figura omnivalente de la vida. A veces es alado, a veces no, con cabeza humana o no.
Babilonia. Ann, dios supremo, caracterizado por cuatro pares de astas de toro, dispuesto en forma de tiara, que simbolizan su omnipotencia. A Enlil se le llama el toro poderoso y provocó el diluvio babilónico. Adad va de pie sobre su toro empuñando rayos. Marduk es el toro negro del abismo.
Irán. El dios Ahura Mazdah creó al primer hombre Gayomart a la vez que al primer toro Goch, padres de la humanidad.
Escandinavia. Era Thor, venerado en Upsala.
India. El supremo dios celeste Dyaus (Zeus) es un toro que brama cuando truena. Rudra, dios de las tormentas, es otro toro. El dios solar y de la lluvia entre los vedas es Agni, toro mugiente de mil cuernos.
Hititas. La tormenta es un toro que ruge cuando truena, y divinizado es Teshup. Otros toros divinos son las montañas de Hurri y Seri.
Egipto. El buey Apis, hijo de vaca fecundada por un rayo de sol. Venerado tras su muerte como Serapis. Otros toros son Mneris, el toro blanco, Bukis y Onufis, que personificaba el alma de Osiris.
Hebreos. En el buey Apis egipcio están los orígenes del Becerro de Oro que adoran los hebreos a pesar de Moisés.
Grecia. Zeus adopta la forma de toro para raptar a Europa, hija del rey de Tiro, Agenor, y se la lleva a Creta. Con ella engendra a Minos, Radamantis y Sarpedón. Héreules captura al toro de Creta y lo libera en la llanura de Maratón, donde causa estragos. El toro mata a Androgeo, hijo de Minos. Su padre, adolorido, exige que los atenienses le entreguen catorce jóvenes en represalia para ofrecérselos al Minotauro. Teseo mata primero al toro de Maratón y después al Minotauro. Un rebaño de bueyes del dios solar Helios pastaba en los prados de la isla Tinacria, cuando desembarcan en ella Ulises y sus compañeros. Éstos capturaron algunas reses y, desobedeciendo las órdenes del héroe, las sacrifican. Esta acción les costó la vida a algunos.
Roma. Cultos de Mitra procedentes de Irán".


- Tercera descripción(***)


"Relacionado con el segundo signo zodiacal, de Tauro. Es un símbolo muy complejo, tanto en el aspecto histórico como en el psicológico. La tradición esotérica lo considera animal emblemático (totémico) de los boreanos contra el dragón de los negros, asimilando al dios Thor, hijo del cielo y de la selva. En principio, esto significa la superioridad analógica del mamífero sobre el reptil, cual la del ario sobre el negro. La disyuntura mayor es la que aparece entre las concepciones del toro como símbolo de la tierra, de la madre y del principio húmedo y las que consideran al toro un símbolo del cielo y del padre. El ritual de Mitra parece ser que se fundaba en la primera de dichas posiciones. El sacrificio del toro, expresaba la penetración del principio femenino por el masculino y del húmedo por el ígneo de los rayos solares, origen y causa de la fecundidad. Krappe expone estas contradicciones. Señala al toro como principal animal doméstico de los pueblos del Próximo Oriente y, en implícita derivación, habla del gran número de toros solares y lunares, es decir, afectos a los principios contrarios precitados. Sin, dios lunar de los mesopotámicos, tenía con frecuencia forma de toro. El toro Apis egipcio se cree representación de Osiris, dios lunar. En cambio, El Surya védico es un toro solar. Según los asirios, el toro es hijo del Sol. Krappe explica por sucesión de cultos las diferencias, no como interna contradicción. El toro lunar se transforma en solar cuando éste vence al más antiguo culto lunar. Pero también puede suceder que el toro siga como símbolo de la Luna, con la que se identifica morfológicamente por los cuernos y el creciente, y pase a un rango secundario bajo el león simbólico del Sol. Así lo considera también Eliade, para quien el toro no expresa ninguno de los astros, sino el cielo fecundador. Dice también que el toro y el rayo fueron desde el 2400 antes de Jesucristo símbolos concertados de las divinidades atmosféricas, asimilándose el mugido del toro al ruido del trueno. En todas las culturas paleorientales, la idea de poder era expresada por el toro. En acadio, "romper el cuerno" significa "quebrantar el poder". Según Frobenius, el toro negro es asimilado al cielo inferior, es decir, a la muerte. Incluso en los países lejanos adonde llegó el influjo de la India, que participa de dicha creencia, como Java y Bali, se acostumbró poner los cuerpos de los príncipes en ataúdes en forma de toro para quemarlos. Alguna pintura egipcia representa al toro negro llevando encima el cadáver de Osiris. Esto coincide con una afirmación de Schneider, para quien, en cuanto el toro ocupa la zona de comunicación entre los elementos del agua y el fuego, parece simbolizar el paso entre el cielo y la tierra, correspondiendo este significado al toro de las tumbas reales de Ur con cabeza de oro (fuego) y barba de lapislázuli (agua). El buey simboliza el sacrificio, la abnegación y la castidad, apareciendo en relación con los cultos agrícolas es decir, en posición contraria al poder fecundador del toro. Si confirmamos la asimilación de éste a lo uránico, si se resuelve la contradicción y puede adcribirse el toro al principio activo y masculino, pero en su aspecto superado, es decir, maternalizado, vencido por el hijo (Sol, león)".



(*) VVAA.- Símbolos. Diccionarios Rioduero. Madrid, 1983. Págs. 210-211.
(**) Assela Alamillo.- La mitología en la vida cotidiana. Acento editorial. Madrid. 1997. Págs. 49-50.
(***)Juan Eduardo Cirlot.- Diccionario de Símbolos. Ed. Labor. 1991, Pág. 445.








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